Hace unas semanas escribí sobre Mongolia. No es un sitio que me fascine, que esté pensando visitar, pero me llama la atención que en los últimos años aparezca bastante en los periódicos.
Hace unos días volvió a aparecer en el periódico El País, en el artículo Nómadas gracias a la tecnología.
En lo que escribí hace unas semanas ponía:
Creo que también ocurre lo mismo con los teléfonos móviles: en esos países la gente tiene poco dinero, vive en viviendas que nosotros consideraríamos "viviendas abandonadas" y sin embargo son capaces de gastarse el sueldo de varios meses para comprar un iPhone. Supongo que es el único capricho de "primer mundo" que se pueden permitir.
Y justo este nuevo artículo habla de la invasión de las nuevas tecnologías en la vida de los nómadas de Mongolia:
Y después de haber disfrutado al galope de las interminables llanuras congeladas durante el día, por la noche se turnan para jugar con los dos teléfonos móviles inteligentes que posee la familia, que también sirven para capturar momentos que antes se perdían para siempre. “Para hacernos una foto teníamos que ir al pueblo que está a 40 kilómetros de distancia”, ríe Damb mientras se hace un selfie con la hija menor.
Fascinante cómo vive la gente en algunas partes del mundo, a tan solo unas pocas horas de vuelo de nuestros hogares.
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