La Semana Santa siempre me ha parecido algo... bueno, mejor no lo digo. Pero también pienso lo mismo de las Hogueras, de los Moros y Cristianos, los toros y de cualquier otra celebración completamente anacrónica, desvirtuada, inútil y que simplemente es una espectáculo circense comparable a cualquier otro espectáculo organizado por un grupo de perroflautas. La única diferencia es que los perroflautas no tienen dinero y los otros, los otros tienen mucho dinero.
Mejor que digan otros, los extranjeros, lo que piensan de la Semana Santa: "Oh, my God! Estos españoles están locos". El artículo no tiene desperdicio, y eso que seguro que han filtrado los comentarios para evitar publicar los más ofensivos... o sinceros, según se mire.
Algunas frases:
La primera vez que fui a una procesión de Semana Santa sentí una mezcla de rechazo y emoción. Rechazo porque me pareció un espectáculo tétrico, más propio de tiempos pasados, y emoción porque veía cómo la gente se entregaba totalmente.
Vicky, norteamericana de 53 años, se pregunta desde Massachusetts por qué no se destina todo el dinero que se invierte en otros fines, como, por ejemplo, en comida para el que lo necesita. La referencia a la ostentación y al gasto excesivo se repite en la opinión de Magda, una administrativa de 43 años de origen rumano. “En mi país también hay procesiones en Semana Santa, pero no tienen nada que ver con las de España. Se hacen de manera más discreta, sobre todo, sin tantos gastos, ni tanta opulencia”, expresa.
Siento mucho miedo, por no decir pánico, al ver las esculturas ensangrentadas de Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario