El viernes fui a comer a un sitio que era una especie de "paladar". Un paladar es un término que se emplea en Cuba "para designar a restaurantes montados y dirigidos por cuentapropistas". En la práctica, un paladar en un negocio clandestino de restauración: es gente que ofrece comidas en su propia casa, ya que montan un pequeño comedor (tres o cuatro mesas) en el propio salón de su casa.
El sitio al que fui era algo parecido: no había ningún anuncio, había que entrar en una casa particular, atravesar todo el patio y se llegaba a la cocina comedor.
La comida estuvo genial, no me la pude terminar: primero una sopa, y después carne con maduro, choclo y arroz. Desgraciadamente no había chochos... ya explicaré lo que es. El precio, ¡$2,5 pero porque era plato especial por ser viernes! De lunes a jueves, $2.
Como llegamos tarde (las 13:45, aquí la gente empieza a comer a las 12) nos quedamos solos y nos pusimos a hablar con la señora. ¡Cómo charraba! Si incluso llegamos a hablar de Marisol, Joselito, Rocio Durcal y "la Pantoja".
Volveré y sacaré fotos, seguro.
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