Hace unos días se publicó el artículo Los accidentes de tráfico serán la nueva plaga del mundo emergente en el periódico El País. Sin duda alguna, ratifico ese artículo. Muchas veces digo que lo más peligroso que he hecho en mi vida ha sido alquilar un coche y conducir por México. ¡Madre de dios, subir montañas no es nada comparado con eso! Y lo hice tres veces, las tres veces que fui...
En Kirguistán o en Perú, otros sitios en los que he estado, el tráfico también es a vida o muerte, menudos adelantamientos. Aunque tampoco hay que irse muy lejos para sufrir todo esto...
Recuerdo los viajes que hice en autobús cuando estuve en Grecia en el año 2003. El trayecto Ioánina - Atenas duraba unas cinco horas. Más de una vez llegué a ver al conductor del autobús hablando por teléfono, bebiendo un café frappé, fumando y conduciendo, todo a la vez. Nunca he dado más saltos del asiento en toda mi vida.
Volviendo al artículo, la OMS calcula que los accidentes de tráfico causarán dos millones de decesos en 2030 en los países en desarrollo y alcanzarán al sida como causa de muerte.
En la noticia podemos leer:
"No son furgonetas, son latas abarrotadas de gente y lanzadas a toda velocidad. Los conductores trabajan a comisión, las reparaciones se hacen con cinta adhesiva y no es raro ver los vehículos volcados tras un accidente. Más de una vez he pedido que me dejaran bajar", cuenta una responsable de comunicación de Médicos Sin Fronteras que vivió casi una década en Suráfrica, al describir los minibuses, uno de los transportes más usados en el país.Aquí ocurre lo mismo, diferentes líneas de autobuses compiten por las mismas líneas, por las mismas paradas. Los autobuses hacen carreras entre ellos para llegar antes a una parada y llevarse a los pasajeros.
Y también podemos leer:
Los países en vías de desarrollo poseen la mitad de los vehículos existentes en el mundo, pero concentran el 80% de los 1,3 millones de muertes por accidentes viarios (más de un millón, incluidos los peatones atropellados).Y por último:
En muchos países en desarrollo las ciudades se expanden desordenadamente. Así que la apresurada construcción de carreteras muy a menudo no incluye vías peatonales o arcenes para vehículos de dos ruedas. Resultado: la mitad de los fallecidos en accidentes son peatones, ciclistas y motociclistas.
“En los demás países de América Latina, el carné de conducir simplemente se compra. No hay ningún control, y la corrupción policial es muy frecuente”, insiste en conversación telefónica.Eso es verdad, así lo asegura la mujer de mi hermano que es mejicana. Ella se ha tenido que sacar el carné de conducir en España porque el que tenía de México no se podía homologar.
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