Hace un par de semanas, en Lisboa no es Lisbon, comenté la situación surrealista que se había dado aquí en la Escuela Politécnica Nacional gracias a una administrativa que no le había dado la gana de realizar el pago de la inscripción a un congreso porque consideró que "Lisboa no es Lisbon".
Dos semanas después, el pago de la inscripción sigue sin confirmarse. ¿Es grave? Grave no, gravísimo, porque el trabajo de varios meses de varias personas puede acabar en el cubo de la basura gracias a la ineptitud de una persona y de todo un sistema burocrático que permite o incluso fomenta que se den estas situaciones.
Para esa persona, y para otras que trabajan en la Universidad de Alicante (así me desahogo un poco), el empalamiento que practicaba Vlad III "el empalador" serían castigos benevolentes, desde mi punto de vista.
NOTA: estoy relativamente tranquilo porque afortunadamente el congreso ha ampliado la fecha máxima de pago del 30 de abril al 15 de mayo, todavía tenemos una semana de margen pero... ya veremos lo que pasa.
que buen chaval el Vlad ese, no? n me hagas mucho caso, pero igual es un pelin fuerte el castigo que propones... pero debe ser cosas mias...:-)
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