miércoles, 14 de mayo de 2014

La fotografía

Ya comenté en la entrada que escribí sobre el fotógrafo Paco Nadal que en otra vida me gustaría ser fotógrafo. Hasta entonces, me tengo que conformar con las malas fotografías que saco en esta vida cuando viajo o voy a la montaña.

Si hubiese un incendio en mi casa, lo primero y seguramente lo único que intentaría salvar son las fotografías que tengo. Mis primeras fotografías son de mi primer viaje al extranjero, con 12 años. Desde entonces, he hecho miles de fotografías que conservo con mucho cariño.

Hace un par de días se publicaron varias fotos que me llamaron la atención. Por un lado, el reportaje La trastienda de la Semana Santa, un reportaje sobre la Semana Santa en Valencia. Dos fotografías me parecieron muy graciosas:



Por suerte, esto es posible en España hoy en día y no pasa nada, aunque en la segunda foto se puede ver cómo a uno de los que sigue la procesión se le van los ojos, ¡pecador!, jajaja.

La otra fotografía es la que ha ganado este año el premio Pulitzer en la categoría "Últimas noticias":


La fotografía en sí quizás no dice mucho (si no se pone en contexto, no se entiende), pero muy interesante la historia que hay detrás de esa fotografía: Faith y sus dos hijos valen un Pulitzer.

Siempre me ha llamado la atención la fotografía histórica. Hay dos fotografías, las dos de la II Guerra Mundial, que me fascinan.

La primera es alzando la bandera en Iwo Jima. La Wikipedia dice:
La fotografía muestra a cinco marines de los Estados Unidos y un médico de la Armada alzando la bandera estadounidense en el monte Suribachi durante la batalla de Iwo Jima de la Segunda Guerra Mundial. 
La fotografía llegó a ser muy popular y fue reimpresa muchas veces, llegando su autor a obtener el premio Pulitzer de fotografía. Está considerada como la instantánea de guerra más importante de la historia y una de las fotografías más reproducidas del mundo.

Creo que es una fotografía que transmite muchos valores y tal como son los estadounidenses y con el amor que le profesan a su bandera, no es extraño que sea una fotografía que haya pasado a la historia.

El fotógrafo, Joe Rosenthal, sacó la fotografía en el momento justo, por los pelos:
De reojo vi que los hombres comenzaron a alzar la bandera. Alcé mi cámara y tomé la escena. Esa es la forma en que tomé la fotografía, y cuando tomas una fotografía de esa forma, no te vas pensando en que hiciste una gran toma. No lo sabes.
Pero cuando fue revelada, el editor de fotografías de la agencia Associated Press, John Bodkin, exclamó: "¡Aquí hay una para todos los tiempos!". Y lo fue.

En el artículo Izando la bandera en Iwo Jima: otra foto con historia, cuentan algo de la historia de esta fotografía histórica.

En el año 2004 visité la costa este de los Estados Unidos. Fui a Washington, visité el cementerio de Arlington y claro, le saqué varias fotos a la estatua del Memorial del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (esta foto no es mía, es de la Wikipedia):


La segunda fotografía es de Robert Capa, del Día D, del desembarco de Normandía:


¡Qué fotografía más mala, qué fotógrafo más malo! Pues no, todo lo contrario. Para mí, esa fotografía es increíble, que alguien estuviese en medio de la "batalla para liberar Europa", con disparos y bombas explotando por todos lados, y que fuese capaz de sacar esta fotografía. ¡Y no sólo esta fotografía!

Robert Capa, fotoperiodista, estuvo entre los primeros durante el desembarco en la Playa de Omaha. ¡Qué huevos! Tomó 106 fotografías, cuatro carretes, pero un accidente en el laboratorio de revelado destruyó todas excepto 11 que se conocen como The Magnificent Eleven. Supongo que Robert Capa, después de jugarse la vida por conseguir esas fotografías, debió de tener unas ganas terribles de estrangular al técnico de laboratorio que las había destruido.

Las 11 fotografías que se salvaron tampoco eran maravillosas. Pero eso no es lo importante, lo importante es lo que representan, lo que transmiten esas fotografías. Se puede ver que la fotografía anterior está muy borrosa: cuando la revista Life la publicó, indicó que estaba ligeramente desenfocada (slightly out of focus) porque al fotógrafo le temblaba el pulso. En realidad, el desenfoque se debió al accidente en el laboratorio de revelado y Robert Capa lo dejó bien claro en sus memorias sobre la II Guerra Mundial "Slightly Out of Focus": a él no le temblaba el pulso. ¡Con un par de huevos!

En el artículo Ligeramente desenfocadas cuentan algo más de la historia de esta otra fotografía histórica. Robert Capa fue una persona que vivió intensamente la vida, tan intensamente que le condujo a su muerte. En la Wikipedia podemos leer:
En la madrugada del 25 de mayo [1954, Guerra de Indochina], mientras acompañaba a una expedición del ejército francés por una espesa zona boscosa, pisó inadvertidamente una mina y murió, siendo el primer corresponsal americano muerto en esta guerra y terminando así una azarosa vida profesional, guiada por una frase que popularizó:
Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, es que no te has acercado lo suficiente.

1 comentario:

  1. La foto de Iwo Jima es todo un símbolo, pero vi en un documental que el fotógrafo les había pedido a los soldados que repitieran el gesto de levantar la bandera para la foto. Desde luego no pretendo quitarle mérito, pero no me parece tan espontánea.

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