miércoles, 7 de mayo de 2014

En Guayaquil, con un pequeño susto

Ayer llegué a Guayaquil, con un pequeño susto. A los 10 minutos de despegar, el avión dio la vuelta y regresó al aeropuerto de Quito. Por la megafonía del avión una azafata nos dijo que el avión tenía un pequeño fallo técnico, pero que no nos debíamos preocupar, que estaba todo bajo control. En el avión se hizo el silencio durante unos pocos segundos...

Una vez en tierra, el piloto nos informó del problema ocurrido: habían olido a quemado, quizás debido a un problema eléctrico, y habían decidido regresar. Este incidente me recordó el accidente del vuelo 111 de Swissair: el avión se estrelló frente a la costa de Nueva Escocia (Canadá) debido a un incendio que se produjo en la cabina de los pilotos. El fuego no pudo ser controlado y el avión acabó en el fondo del océano Atlántico.

Cuando salimos del avión, varios bomberos estaban esperando con sus equipos para subir al avión. Uno iba con un traje metalizado para protegerse del fuego y del calor, parecía un "invasor de otro mundo".

Con casi 2,3 millones de habitantes, Guayaquil es la ciudad más grande de Ecuador, por delante de Quito que tiene 1,6 millones. Hace unos años, Ecuador tuvo un presidente, Abdalá Bucaram, al que llamaban "el loco", y parece que el apodo se lo había ganado por méritos propios. Una de sus locuras fue proponer cambiar la capital de Ecuador, llevársela de Quito a Guayaquil.

Guayaquil se encuentra en el estuario del río Guayas y es un puerto importante de Ecuador.

Al salir del aeropuerto he sentido un "golpe oloroso": el ambiente húmedo, el olor del mar y quizás algo más del aire me ha llamado la atención.

La conferencia en la que voy a participar se celebra en la Universidad Politécnica Salesiana. La he estado visitando y, como se puede ver en las siguientes fotografías, las instalaciones son de primer nivel.


Estatua de Don Bosco:



El interior de uno de los edificios:



La universidad tiene piscina, ¡qué chévere!:


Y una fotografía de la cama de mi hotel, ¡menuda cama! Yo creo que esta cama está mal puesta, ¡es más ancha que larga!

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