El año pasado por estas mismas fechas me estaba preparando para marcharme a Utah unos meses. Ahora estoy en la misma situación, pero con un destino distinto: Ecuador.
No es la primera vez que voy a Ecuador, ya he estado dos veces, y la última vez escribí un blog para contar algunas cosas: Alicante - Lima - Quito. Aquella vez primero fui a Perú y luego a Ecuador.
Estaré en Ecuador hasta mediados de agosto, siguiendo los pasos de Jorge Juan, seguramente el científico alicantino más ilustre. Y coincidencias de la vida (o una sincronicidad, como dirían otros), yo estudié en el instituto Jorge Juan de Alicante.
Jorge Juan nació cerca de Novelda en 5 de enero de 1713. Humanista, ingeniero naval y científico, en mayo de 1735 partió de Cádiz en la expedición hispanofrancesa que tenía como objetivo la medición del meridiano terrestre:
En 1734, Felipe V recibió la solicitud de su primo el rey Luis XV de Francia, para que una expedición de la Academie Royale des Sciences de Paris formada por Louis Godin, Pierre Bouguer y Charles Marie de La Condamine, viajase a Quito, en el Virreinato del Perú, a medir un arco de meridiano y obtener el valor de un grado terrestre que pudiese ser comparado con otras mediciones practicadas por Maupertius en Laponia1 . De estas mediciones se obtendrían distintas medidas de la distancia de un cierto ángulo sobre la tierra a distintas latitudes, lo que permitiría determinar con exactitud la forma no perfectamente esférica de la Tierra. Este problema que venía planteándose desde los griegos, se convirtió en el siglo XVIII en una agria polémica que duraba casi un siglo, sobre si tenía forma elongada (en los polos) como decían académicos como Cassini, partidarios además de la mecánica cartesiana, o achatada como defendía Maupertius y otros sabios como Newton, Halley y Huygens, apoyándose en la teoría de la gravitación universal (los cuerpos pesaban menos en el Ecuador), o en las experiencias del péndulo (no oscilaba con la misma frecuencia en diferentes lugares). La expedición acabaría la polémica dando la razón a estos últimos.
¿Cómo se realizaba esa medición? Muy sencillo, con la geometría:
La medición del grado de meridiano se prolongó desde 1736 a 1744. El sistema seguido consistía en una serie de triangulaciones que requerían poner señales en puntos o bases elegidas, tanto en el llano como en las cumbres de 5000 metros de altura. Las ciudades de Quito y Cuenca limitaron los extremos de la triangulación; entre ambas, una doble cadena de montañas paralelas facilitaba la elección de vértices a una y otra parte del gran valle que las une.
La doble cadena de montañas paralelas se conoce con el nombre de la "avenida de los volcanes", y fue bautizada así por otro científico y explorador famoso, Alexander von Humboldt.
Otro día escribiré más cosas sobre Jorge Juan y Alexander von Humboldt. Ahora tengo que seguir con mis preparativos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario