miércoles, 15 de enero de 2014

Emociones fuertes

Ya me han robado, o como dicen aquí, ya me han asaltado... y como resultado, "ya me han bautizado", porque aquí es rara la persona a la que no le hayan asaltado alguna vez. Y hay gente que puede contar varias historias desagradables.

¿Cómo fue el robo?

Fue el jueves de la semana pasada, sólo llevaba tres días en el país.

Ocurrió a las 19:30, en la avenida Río Amazonas al girar desde la Orellana (hotel Marriot), entre La Mariscal (sur) y La Carolina (norte). Es un sitio por el que he pasado varias veces. En el siguiente mapa se puede ver, es justo a la izquierda de la "A".


No es un mal sitio, es justo detrás del hotel Marriot, un hotel de lujo. Pero es una calle en la que no hay viviendas, son solares con vallas o paredes y la acera o vereda, como dicen aquí, está elevada respecto a la carretera por la que circulan los coches. Así que es una calle que la gente suele evitar especialmente de noche... pero eso me lo han dicho después. Me han contado que a veces los ladrones se suben a los árboles y se esconden en la copa de los árboles y cuando estás pasando se dejan caer como monos.

Yo iba de regreso a mi hotel, se cruzó en sentido opuesto la persona que me robó. A los 15 segundos de cruzarnos, volvió, seguramente porque me vio como una presa fácil, y apareció a mi lado con la pistola en la mano, empezó a gritarme "dame el dinero" y me dio dos golpes con la pistola en el lateral de la cabeza. Yo saqué la cartera y le di el dinero, sólo llevaba $20. Como no estaba contento con ese dinero, me volvió a pegar y me volvió a gritar varias veces "saca el dinero, dónde tienes el dinero" y esta vez sacó una especie de cuchillo carnicero de dentro de su chaqueta para amenazarme. Seguramente pensaba que yo llevaba más dinero escondido en algún sitio, pero yo no llevaba más dinero, así que empezó a registrarme todos los bolsillos y me cogió el teléfono móvil. Como seguramente el botín no le parecía suficiente, a continuación me pidió el reloj y la chaqueta. El ladrón se fue tranquilamente andando y me gritó que no le siguiera.

No puedo decir que pasase mucho miedo, más bien ninguno. Después me quedó la sensación de que debería haber hecho algo... quizás la pistola era de mentira... quizás debería haber salido corriendo... bueno, seguramente hice lo mejor, no hacer nada.

El valor de lo que me robaron fue:
  • Dinero: $20 = 15€
  • Reloj: 125€
  • Teléfono: $79 (me lo compré en EEUU) = 60€
  • Chaqueta: 75€ (aunque la compré rebajada por 25€)
  • Total: 225€, aunque el reloj ya tenía unos 7 años, el teléfono 1 año y la chaqueta unos 4 años, por lo que no es el valor real a día de hoy.
Afortunadamente no me quitaron las tarjetas de crédito ni el DNI, habría sido un lío. Tuvo mi cartera en su mano, pero la tiró al suelo. Como dice un amigo: "te podías haber quedado 'bloqueado', sin pasta, sin teléfono, sin tarjetas, sin documentación, vamos, de homeless en Ecuador, ¡que rico!" Pues sí, el panorama habría sido desolador, completamente tirado.

Lo peor del robo fue el teléfono móvil, dichosos teléfonos móviles inteligentes. Lo tenía configurado con mi cuenta de Google, de Twitter, del correo de la universidad, etc. Pero nada más llegar al hotel me dediqué a cambiar todas las contraseñas y desactivé la cuenta de Whatsapp, aunque ya la he vuelto a activar en el nuevo teléfono que me he comprado. De todos modos, me han dicho que los ladrones no son "tecnológicos" y que no sabrían hacer nada malo con mi cuentas.

En otra entrada del blog escribiré sobre qué hacer si te roban el teléfono móvil... ya lo he aprendido :-)

Yo pensaba que el centro de Quito era un lugar seguro, pero parece que hay ciertas zonas y en especial a ciertas horas que hay que evitar. Parece que la seguridad del país ha empeorado bastante en los últimos diez años con la llegada de gente de otros países (colombianos, venezolanos, cubanos, en resumen, "el eje del mal sudamericano"). Lección aprendida, intentaré ser menos confiado de ahora en adelante.

Lo que sí que es peligroso es la costa, por ejemplo Guayaquil. Por ejemplo, aquí en Ecuador se habla mucho del caso de una pareja de turistas japoneses (estaban de luna de miel) que fue tiroteada en Guayaquil el 28 de diciembre. Como resultado, él murió y ella estuvo grave:
Así que... puedo decir que he tenido suerte con el asalto.

Ya para terminar, lo que me ha dicho un alumno que sabía que venía aquí a Ecuador y se lo he contado: "Vaya, es un desafortunado incidente, aunque se puede ver por el lado bueno, uno no puede decir que ha vivido en un sitio si no le han robado en él, así que ahora ya lo puedes certificar, y con sello de oro 'a punta de pistola'".

A seguir...

6 comentarios:

  1. Otia, menos mal que solo fueron cuatro cosas. Y sobre todo, hiciste lo mejor, es decir, nada. Según tu alumno, yo también puedo certificar que he estado en Quito, aunque a mi fue al descuido, en un autobús. ¿Eso cuenta como sello de plata? :)

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  2. Coño, mira que he ido por sitios chungos en Ecuador y nunca me ha pasado nada. Pero claro, yo soy morenico y tú ,dí la verdad, irías con la réflex haciendo fotos a tó y con la riñonera de Benidorm. Ya sabes ponte una gorra de alguno de los clubes quiteños de fútbol, la que sea. Bueno, si vas al sur, que sea del Aucas !!

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  3. Santi, sí se puede homologar a sello de plata con mención especial ;-)

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  4. a ver esntoces ha sido:


    Dinero: $20 = 15€
    Reloj: 125€
    Teléfono: $79 (me lo compré en EEUU) = 60€
    Chaqueta: 75€ (aunque la compré rebajada por 25€)
    Total: 225€, aunque el reloj ya tenía unos 7 años, el teléfono 1 año y la chaqueta unos 4 años, por lo que no es el valor real a día de hoy.

    y salvar la vida.................no tiene precio...:)

    Eso puede pasar en cualquier lado, y si no diselo a los guiris que andan por Granada

    Y yo que pensaba que lo que te habian robado era el corazón...

    Cuidate

    Andres

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  5. Joder Sergio vaya susto!! aunque parece que no te tembló el pulso... Por cierto muy chulo el blog!! ;-)) Cuídate... Un abrazo. Moncho.

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  6. Conocí a alguien que iba a esos sitios con fotocopias compulsadas de la documentación, dejando los originales en sitio seguro. De ese modo evitas que te dejen sin papeles en tierra extraña.
    Hiciste bien, la pistola era de mentira porque si no no hubiera sacado el machete; por ese dinero no hay que jugarse la vida (bueno, por ninguno).

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