sábado, 6 de junio de 2015

La desigualdad

Hace tres días se publicó en el periódico El País el artículo La rebelión contra las élites. El artículo comenta "Una nueva cosecha de libros de economía sitúa el debate en la fractura entre los de arriba y los de abajo. Ya no se trata de izquierda y derecha, sino de desigualdad".

Ahora mismo estoy leyendo dos libros sobre ello. Uno es Por qué fracasan los países, que lo comenté hace unos días. En el artículo pone sobre este libro:

La confrontación entre élites y pueblo, casta y resto de los ciudadanos, ha superado el concepto de "élites extractivas" que hace apenas dos años pusieron en circulación los economistas Daron Acemoglu y James Robinson (Por qué fracasan los países). Para los teóricos de aquélla, toda élite es extractiva. Desde hace aproximadamente cuatro décadas, desde que la revolución conservadora se hizo hegemónica en el mundo, se ha ido desarrollando una "rebelión de las élites", debido a una correlación de fuerzas muy favorable a las mismas.

El otro libro que estoy leyendo es El precio de la desigualdad: El 1 % de la población tiene lo que el 99 % necesita, de Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía. En el artículo se les ha olvidado comentar este libro, que es muy crítico con la situación actual, pero sí que hablan de Joseph Stiglitz:

Se corrobora, en esencia, la secuencia que Joseph Stiglitz, el premio Nobel, ha descrito como característica de este momento histórico, compuesto por los años de una crisis tan larga y profunda: el sistema económico no funciona porque los mercados no son eficientes ni transparentes (el paroxismo de ello es el mercado de trabajo, que expulsa del mismo a millones de personas y no da empleo a los jóvenes que se incorporan al mismo); a continuación, el sistema político no corrige, como es su función, los fallos del mercado y permite que se constituyan sociedades descohesionadas por la pobreza y la exclusión; como consecuencia de lo anterior, el capitalismo (el sistema económico) y la democracia (el sistema político) sufren un enorme descrédito por parte de la ciudadanía, lo que nos recuerda otros momentos tristes de la historia (Informe sobre la democracia en España. Fundación Alternativas).

No hay comentarios:

Publicar un comentario