La primera vez fue en el año 2011, en un vuelo Lima - Quito. Llegué al aeropuerto, fui a facturar y me dijeron que el vuelo estaba lleno, el famoso overbooking. A cambio de no volar creo recordar que me ofrecieron unos $400. No acepté porque en Quito me esperaban para impartir un curso.
Esta segunda vez ocurrió este jueves. Llegué a Barajas para regresar a Quito. En el mostrador de Lan mantuve la siguiente conversación:
- ¿Cuánto tiempo va a estar en Ecuador? - me pregunta el empleado.
- Hasta mediados de agosto, vivo allí temporalmente.
- Entonces tengo una oferta que te va a gustar mucho. El avión está lleno, si te ofreces como voluntario para no viajar hoy te ofrecemos volar mañana con el vuelo directo de Iberia (el vuelo de Lan primero iba a Guayaquil, tardaba más tiempo), te alojamos en un hotel con traslado aeropuerto-hotel-aeropuerto, y te compensamos con $1250 para gastar en billetes de Lan u $830 para transferirte a una cuenta.
En ese momento tuve que contener una enorme sonrisa que empezaba a dibujarse en mi cara.
- ¿Y el hotel es bueno? - le pregunté al empleado, intentando no mostrar mucho interés por la oferta.
- Sí, normalmente es el Meliá Barajas.
- ¿Y lo de elegir el dinero para un billete o para una transferencia lo tengo que decidir ahora?
- No, tienes un año para ello.
- Ahhh, pues muy bien, acepto, me interesa la oferta.
Jajaja, pues claro que acepté. Una tarde gratis en Madrid, una noche con comida y desayuno en un hotel de cuatro estrellas, un vuelo mejor y en el peor de los casos $830.
¡Así da gusto viajar!
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