martes, 3 de mayo de 2016

La religión en Ecuador

El otro día, hablando con un amigo sobre la Semana Santa, me pregunto por la religión en Ecuador, me preguntó si la iglesia tenía peso. Yo le respondí:
Me preguntas sobre la religión en Ecuador. La Iglesia no sé que peso tiene a nivel político, no creo que el presidente que es de izquierda le dé muchas alas a la iglesia. En la gente, creo que tiene más importancia que en España. Por ejemplo, mira las frases que algunos de mis contactos se ponen en el Whatsapp (todos ecuatorianos, claro, ningún español se pone estas cosas):
  • Dios es mi fortaleza
  • La mejor parte de mi... Dios
  • Dios bendiga los hogares del mundo entero...
  • Gracias Dios por la oportunidad
  • Llena de bendiciones
  • Dios mío, en tus manos coloco mis problemas, en tu sabiduría coloco mi camino y en ti amor coloco mi vida...
¿Sorprendido? Es lo que hay aquí. Esas frases te las puedes encontrar incluso escritas en la parte de atrás de coches y autobuses. Y bueno, subirte a un autobús y que haya un mini altar con una foto o una estatua de la virgen, lo más normal de mundo.
Para reforzar lo del Whatsapp, está es la foto que tiene puesto uno de mis contactos:


¿Sorprendido?

Yo sí, y me hago esta pregunta que se hicieron hace unos días en el periódico El País, ¿Por qué la gente sigue creyendo en Dios? Algunas frases interesantes:

  • Desde el punto de vista individual, la religión y las supersticiones tienen una utilidad como herramientas para hacer frente a la incertidumbre de la vida diaria.
  • En las sociedades del paleolítico, probablemente igualitarias y sin sistemas para imponer el orden por la fuerza a la manera de los Estados modernos, la religión habría servido para fortalecer los vínculos entre los individuos de la tribu y controlar los impulsos egoístas por miedo al castigo divino.
  • El instinto de desconfiar de las personas que no consideramos de nuestro grupo se ha azuzado durante milenios para enfrentar a unos humanos contra otros con los más diversos intereses y en esa tarea, la religión, tan eficaz para unir, también lo ha sido para separar.

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